Se llama “Sexual harassment (SEKUHARA)” el acoso sexual infligido en el lugar de trabajo. En muchos casos, las trabajadoras femininas parecen ser las víctimas. Por ejemplo, un superior le toca una parte del cuerpo a su subordinada, o insiste repetidas veces en convidarla, o le coacciona a tener relaciones sexuales - estos son unos casos del acoso sexual.
Los casos de acoso sexual grave y prolongado son frecuentes con los trabajadores extranjeros que no comprenden la lengua o que no conocen a quien consultar.
El acoso sexual es claramente una conducta ilegal. Por eso, es posible reclamar una indemnización a la compañía y al autor del acoso. Además, en algunos casos el acoso equivale a un crimen. Cuando haya sufrido un acoso sexual, no se resigne e informe a la oficina de control de condiciones laborales cercana, o consulte con el sindicato o Migrant Worker Study Group.