La compañía no puede despedir a su empleado arbitrariamente sólo porque le convenga. Para despedir a un empleado, es necesario tener razones justas. El despido disciplinario es aplicable a los empleados que han violado las reglas de la compañía. El despido ordinario se aplica cuando haya otras razones justas. El despido que no satisface las condiciones determinadas es inválido. También, aun cuando el despido fuera justificado, es obligatorio avisar al empleado más de un mes antes, o es necesario pagarle un subsidio de previso si la compañía no le da el aviso previo.
Las restricciones mencionadas arriba son aplicables hasta cierto nivel a la interrupción del empleo, es decir, a la terminación del contrato donde el plazo del empleo está definido. Si se pone que el contrato se renovará cuando no haya problemas específicas, o si el contrato ha sido renovado por tantos años que ya resulta igual al contrato sin límite del plazo, la interrupción del empleo está restringida como el despido.
Estas reglas restringentes del despido o de la interrupción del empleo no parecen ser observadas para muchos trabajadores extranjeros. No pocos empleados están despedidos o sufren interrupción del empleo sólo porque le conviene a la compañía, o por no razón alguna. Si sospecha un despido o interrupción del empleo injusto, consulte en seguida con Migrant Worker Study Group o el sindicato.
Por otra parte, hay casos en que el empleado decide retirarse voluntariamente. Si el contrato no define el plazo del empleo, el empleado puede retirarse con un anuncio previo de 2 semanas. Sin embargo, si el plazo está definido en el contrato, básicamente no se puede retirar hasta que termine ese plazo. En este caso, es necesario una razón inevitable para poder retirarse.
Hay compañías que reclaman la indemnización por los perjuicios al empleado que se ha retirado antes de terminación del plazo. Por eso, es preciso actuar con precaución al retirarse.